Los debidos claroscuros

Confieso que no tenia del todo claro por qué AMLO es un peligro para México, ni por que la CuatroTe está acabando con el país, ni ─mucho menos─ por qué hay que sacar a MORENA en 2024. A pesar de ello, estoy convencido como cualquiera que ame la democracia de libre mercado, el consumismo, la defensa de los privilegios de la clase privilegiada y ─en pocas palabras─ la libertad de elegir cómo habremos de morir de hambre, que Andrés Manuel es un peligro para México, que la Cuarta Transformación está acabando con el país, y que MORENA debe salir en 2024.

Para mi fortuna, Francisco Martín Moreno escribió una brillante columna, que digo brillante, deslumbrante, que se publicó el día de ayer (21 de marzo de 2023) en el periódico Reforma, voz de la oprimida clase privilegiada y alguno que otro aspiracionista que paga, a meses sin intereses, para formar parte de dicho club, que sintetiza magistralmente el malestar causado por López Obrador, y el posicionamiento ideológico de la oposición. 

En resumen, es un peligro que está acabando con el país y debe salir en 2024, porque aniquiló el futuro de México, ese futuro que, si bien no había dado frutos, “no podía arrojar resultados inmediatos” dice Martín Moreno, si ayudaba a que más de uno se sirviera con la cuchara grande y mantuviera su nivel de vida a expensas del erario, o haciendo negocios con los recursos o bienes nacionales.

Este futuro mexicano, es decir, esta idea, narrativa, entelequia, sueño, o como usted prefiera llamar a ese proyecto de país no materializado pero siempre prometido, se fundamentaba en el hartazgo que los mexicanos sentían “de los fraudes electorales, de la corrupción y de fracasos en casi todos lo ordenes de la vida política, cultural y económica de la nación” (Martín Moreno dixit), y demandaba de los mexicanos, “empeño, paciencia y patriotismo” (nuevamente, Martín Moreno dixit), para construir el anhelado juego democrático que permitiría simular que se acata al voluntad del pueblo mientras se preservan los privilegios de la minoría; proceso que tardaría varias décadas en consolidarse ──aclara Martín Moreno─ pero que entre otras cosas traería consigo “mejores niveles de educación, mayor crecimiento económico, un ataque frontal a la desigualdad, un confiable sistema de impartición de justicia, la eficiente contención del narcotráfico, el cuidado escrupuloso de la colosal marca “México”, en el mundo, el respeto cabal a la voluntad popular electoral y, para concluir entre otros enorme beneficios, la certeza jurídica para la inversión nacional y extranjera” (sí, otra vez, Martín Moreno dixit). 

Lamentablemente, la impaciencia mexicana puso fin a esta colosal promesa cuyo cumplimiento ya se vislumbraba a la vuelta de la esquina y cuyos beneficios ya disfrutaban unos cuantos, esos que tienen acceso a una mejor educación, cuyas fortunas no dejan de crecer a pesar de las crisis, recesiones, pandemias, etc., esos que atacan frontalmente la desigualdad con campañas de redondeo en el supermercado o lanzando monedas en la calle, esos que pueden comprar jueces o colocarlos en la Suprema Corte de Justicia para que libere a sus cómplices, descongele sus cuentas o simplemente cancelan las ordenes de aprehensión en su contra, esos que han sabido hacer de México una marca para explotarla en el extranjero, para etiquetar los recursos nacionales y entregarlos a los intereses trasnacionales, esos que respetan tanto la voluntad popular electoral que la corrigen cuando equivoca el rumbo y dicha equivocación pone en riesgo los intereses de quienes no tienen más interés que el interés propio.

El mejor futuro mexicano, se construía con claroscuros, “con los debidos claroscuros” dice Martín Moreno, dejando en claro que la falta de transparencia es un elemento necesario en estos procesos donde la clase privilegiada trabaja para consolidad un cambio donde nada cambie, se construía hasta que entregamos ese futuro a López Obrador, MORENA y la CuatroTe.

Entonces, solo entonces y sin que ningún otro elemento influyera en ello, en México aparecieron 5 millones de pobres que no entienden que deberían dejar de apoyar al presidente porque ─a diferencia de lo que piensan y viven a diario─ el gobierno de Andrés Manuel no los beneficia en nada, quien los beneficiaría sería esa oposición que siempre los ha ignorado; se devastó el sistema de salud, que antes se mantenían en el olvido para que nadie pudiera ver que ya estaban devastados y a pesar de ello se lucraba con él y con las necesidades de los derechohabientes; se dividió a la nación como nunca antes lo había hecho el jamás superado sistema de castas que heredamos de la Colonia; se favoreció la expansión del narcotráfico ¿Qué importa que sea la mano derecha de Calderón la que fue condenada por narcotráfico? La CuatroTe favoreció esa expansión del narcotráfico que tan útil le resultó desde hace décadas a los gobiernos PRIistas y PANistas para controlar a la población; se antepusieron los intereses de la nación por encima de los intereses de potencias extranjeras y eso hizo temblar al sacrosanto T-MEC, sin el cual no somos nada; y se consolidó una dictadura que no deja de ser democrática y no deja de tener el respaldo popular.

Entrados en gastos

La Cuarta Transformación no sólo será recordada como la peor tragedia nacional desde la Revolución, como oracularmente sostiene Martín Moreno. La Cuarta Transformación, y todos aquellos que la han apoyado, cargarán sobre su conciencia, por el resto de sus días, con el peso de haber terminado con los sueños de un grupo reducido de mexicanos que insistía en creer que era posible vivir a expensas de los demás, saqueándolos y explotándolos; un grupo de soñadores que estaban dispuestos a sacrificar la vida de millones de mexicanos y migrantes centroamericanos para alcanzar el objetivo de vivir como si fueran dueños de México. Como bien señala Martín Moreno, la Revolución intentó aniquilar el legitimo derecho de unos cuantos, a pertenecer a la clase privilegiada, afortunadamente no lo logró. Hoy, el gobierno de López Obrador pone en riesgo este designio divino. Sorprendentemente, no faltará quien, ante estas afrentas, se siga preguntando ¿Por qué alguien como Martín Moreno quiere quemar a los seguidores de Andrés Manuel en leña verde? ¡Increíble!

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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