Por primera vez en libertad desde 2005, Israel Vallarta concedió una entrevista exclusiva a Los Reporteros MX, donde detalla los horrores que vivió durante su detención, la fabricación del caso y el silencio cómplice del sistema judicial. “Nunca dejé de luchar, pero no me movía el odio, me movía la verdad”, aseguró.

A 48 horas de haber salido del penal del Altiplano, Israel Vallarta habló desde su casa con el periodista Manuel Pedrero. Con voz pausada y clara, Vallarta narró los momentos clave de su detención, el montaje televisivo orquestado por autoridades federales y Televisa, y la tortura brutal que sufrió por parte de agentes de la entonces Agencia Federal de Investigación. Su testimonio reafirma lo que durante años se sospechó: que fue víctima de una fabricación del Estado mexicano.

El origen del infierno

Vallarta fue detenido el 8 de diciembre de 2005 bajo el argumento de participar en un operativo de despistolización. Encapuchados armados lo interceptaron en la carretera México-Cuernavaca, lo golpearon, le cubrieron la cabeza, le robaron objetos personales y lo trasladaron a instalaciones que después identificaría como del entonces SIEDO.

Ahí empezó el suplicio: golpes, asfixia con bolsas, descargas eléctricas en los testículos y el cuerpo, inmovilización forzada, violencia sexual y amenazas contra su familia. “Cuando me desmayaba, me despertaban para seguir. Me querían quebrar. Querían que dijera lo que ellos necesitaban escuchar”, relató.

El montaje y el bautizo mediático

Horas después, se grabó el famoso montaje en el rancho de Vallarta, transmitido en vivo el 9 de diciembre como un operativo real. “Luis Cárdenas Palomino me instruyó qué debía decir. Me advirtieron que, si no cooperaba, matarían a mi familia. Florence (Cassez) negó todo en la primera toma. Pararon la grabación, la golpearon y repitieron”, recordó.

Aseguró que fue en ese momento cuando lo nombraron líder de “Los Zodiaco”: “Me preguntaron mi signo zodiacal, les dije cáncer. Uno respondió que él era acuario, otro piscis… y ahí dijeron: ‘Los Zodiaco’. Así se inventó la banda”, explicó.

Tiempo después, solicitó al entonces titular de la FGR y a Gobernación los supuestos antecedentes de la organización criminal. La respuesta fue contundente: no existía ningún registro oficial de dicha banda antes de su caso.

Televisa, Loret y la cadena de impunidad

Vallarta señaló que la narrativa oficial fue diseñada para justificar un trabajo de inteligencia inexistente. “Un camión de Televisa con antena satelital ya estaba listo desde antes. Eso no se arma en cinco minutos”, dijo, refiriéndose a las tomas previas al montaje.

Sobre Carlos Loret de Mola, quien transmitió la “detención en vivo”, recordó el testimonio de Laura Barranco, entonces parte del equipo de producción, quien alertó en 13 ocasiones que lo que estaban al aire era un montaje. La respuesta, según Barranco, fue: “Esto está chingón”.

Vallarta solicitó su comparecencia como testigo años después. “Se amparó. Perdió dos veces. Lo obligaron a declarar en videoconferencia desde su oficina. Pero sigue hablando desde la impunidad. Le digo desde aquí: te estoy esperando”.

Justicia tardía, pero justicia al fin

El 31 de julio de 2025, el Juzgado Tercero de Distrito le otorgó la libertad absolutoria. “No fue un perdón, no fue indulto. Fue una sentencia limpia, sin duda, basada en pruebas, no en discursos. Fue un fallo judicial, no político”, dijo Vallarta.

Rechazó haber tenido contacto con Florence Cassez desde su liberación. “Mi esposa sí se comunicó con ella por cortesía. Me enteré que tuvo una hija y enviudó. Le deseo lo mejor”, expresó.

También aclaró que jamás aceptó el indulto que le ofreció en su momento el Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque significaba admitir culpa: “Si me indultaban era como decir: ‘sí lo hiciste, pero te perdonamos’. No. Yo no hice nada”.

Cárdenas Palomino: frente a frente

Durante su tiempo en prisión, Vallarta compartió el penal del Altiplano con Luis Cárdenas Palomino, detenido años después por tortura. “Nos vimos varias veces, frente a frente. Nunca me habló. Yo tampoco. Pero con la mirada nos dijimos todo. Él siempre altivo, yo siempre firme”, relató.

También recordó que su hermano René y varios sobrinos fueron detenidos años después con los mismos métodos: detenciones arbitrarias, tortura y fabricación de delitos. Todos fueron liberados por falta de pruebas.

La deuda del Estado

Aunque Israel Vallarta está registrado desde 2021 como víctima oficial, denuncia que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas nunca le ha ofrecido ni un solo apoyo económico. “Ni un chicle. Ni una pastilla para el dolor de cabeza. Solo papeleo, psicólogos, papeles. Nada real”, afirmó.

Pese a todo, no habla desde el resentimiento: “No odio. El odio enferma. Yo quiero vivir. Recuperar el tiempo con mi esposa, mis hijos, terminar mis estudios. Ser abogado. No para hacer política, sino para ayudar a otros que aún están presos injustamente”.

Un mensaje al país

Israel Vallarta sabe que su caso es símbolo de algo más profundo. “No soy el único, ni seré el último. Pero mi caso es el único en que el Estado tuvo que reconocer que mintió, que montó, que fabricó. Y lo hizo frente a millones”.

A la Presidenta Claudia Sheinbaum le envió un mensaje de respeto, y a quienes siguen difamándolo, les respondió con serenidad: “La jueza que me liberó no me conoce, no fue presionada, no fue sobornada. Lo que tengo es una resolución firme. Si aún así dudan, ya no es mi problema. Es el de ellos”.