“Y las #Morras tienen la razón”

La lucha feminista tiene varios años y es completamente legítimo que muchas voces se sumen para lograr la igualdad en derechos y obligaciones para todos los seres humanos, en épocas pasadas,  las mujeres estuvieron en desventaja laboral con respecto a los varones ya que tardaron en incorporarse al trabajo remunerado en las primeras fábricas  en los albores de la Revolución Industrial; también hubo un trabajo constante para conseguir la participación femenina en las elecciones; tardaron en poder ingresar a las Universidades; en lograr los mismos salarios que los varones; se luchó mucho para poder usar píldoras anticonceptivas y el derecho a decidir sí se quiere continuar o no con el embarazo antes de los tres meses de gestación, en fin, la lucha por los derechos de las mujeres ha sido una demanda permanente, desde hace años.

La condición de las mujeres en el México Colonial, en donde el cristianismo era la única opción de integración a la vida social por medio de los Siete Sacramentos, la condición de las mujeres  se limitaba a ser hija, esposa, monja o mujer soltera, generalmente las mujeres solas difícilmente podían salir adelante ya que necesitaban de la tutela del varón para tener un respeto y dignidad social, eras la hija de, la esposa de o la viuda de, las mujeres que elegían la vida monástica vivían bajo la tutela del Padre de Confesión y de la Madre Superiora, las monjas eran hermanas y en el convento había una especie de “familia”, hubo muchas mujeres destacadas en este período pero la que rebasó fronteras con su pluma fue Sor Juana Inés de la Cruz, si bien existieron muchas mujeres solas, que han vivido en el anonimato, la sobrevivencia para ellas era  muy complicada. 

Durante el siglo XIX los cambios fueron paulatinos,  poco a poco las mujeres se fueron integrando a los trabajos en las industrias pero hasta el siglo XX, después de la Revolución Mexicana, ante la pérdida de muchos varones, las mujeres  se integraron más a la población económicamente activa ya con trabajos remunerados y con derechos laborales, tanto en la iniciativa privada como en la burocracia,  muchas veces en desventaja por cuestión de género y se empezaba a luchar para conseguir la participación de la mujer mexicana en la vida democrática, con el Presidente Miguel Alemán se reconoció el derecho de la mujer a votar en 1947  y sería hasta el 3 de Julio de 1955 cuando las mujeres mexicanas sufragaron por primera vez, las primeras mujeres que votaron fueron Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto y Juana Belén Gutiérrez de Mendoza. 

La primera mujer mexicana que ejerció el cargo de Diputada Federal fue Aurora Jiménez de Palacios en la XLII, fue electa para concluir el último período de esa Legislatura. Además de la participación femenina en la vida política, las mujeres han ido poco a poco  conquistando nuevos espacios, destacando en el mundo literario con escritoras como Rosario Castellanos, Elena Garro. Josefina Vicens; en la política como Griselda Álvarez Ponce de León, la primera mujer Gobernadora de Colima y además una gran poeta.

Con el paso de los años y la llegada de la modernidad muchas mujeres se fueron integrando en todas las esferas de la sociedad, son demasiadas las mujeres que se han dedicado a la Educación y han ejercido su labor como docentes; muchas también han destacado en la industria del cine y de la televisión, algunas son brillantes comunicadoras de radio, televisión y actualmente en redes sociales; hay también muchas que se desempeñan como académicas, intelectuales, investigadoras; muchas más ejercen la política y ocupan hasta Secretarías de Estado, subsecretarias, directoras y líderesas dentro de la esfera pública y privada. 

También hay madres, abuelas, tías, hijas y hermanas que han sufrido muchas vejaciones, violaciones, abusos físicos y emocionales, muchas de ellas han gritado para que sean respetadas y que sus abusadores sean juzgados, exigen que estas conductas no se repitan y que la educación que denigre a las personas sea en equidad. 

Muchas han alzado la voz ante la desaparición forzada, ante la trata de blancas, ante la inseguridad en los estados de la República, han gritado porque por décadas este problema ha ido en aumento y muchas veces en complicidad con las autoridades. ¡Está bien levantar la voz!  Solamente les recomendaría que lo hicieran ante las instancias correctas: el Tribunal Superior de Justicia, las fiscalías, los Ministerios Públicos, hasta los que liberan a los delincuentes, también hay que levantar la voz con los diputados y senadores que escriben las Leyes, los que modifican la Constitución Política, hay que recordar que en el país existen Tres Poderes de la Unión: Poder Judicial, Poder Legislativo y Poder Ejecutivo, hay que poner en una balanza lo que cada uno hace y la responsabilidad que tienen, aplica también a los Gobernadores, Presidentes Municipales y Alcaldes, a ellos también se les debe reclamar.

Otro punto que quisiera señalar, muchas de las reclamaciones en la Marcha del #8M son contra feminicidios, contra muchos criminales que han atentado en contra de las mujeres, analizando las edades, muchos de estos feminicidas también son producto de la política NEOLIBERAL en la que nacieron y crecieron; son producto también de una política excluyente, con un proceso social desigual que definitivamente debe ser erradicado.

Muchas de las mujeres que marcaron, gritaron y vandalizaron también sufrieron los estragos del #Neoliberalismo y sí “Morras” (como se llaman ustedes mismas, a mí este mote me parece muy feo pero cada quien) su reclamo es  justo, solamente les pido revisar la historia reciente y dirijan su reclamo a los verdaderos responsables de haber hundido al  país en la violencia y que tengan conciencia que erradicar un mal de décadas no se logra en cinco años.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

Salir de la versión móvil