VOCES NUEVAS Y FUERTES EN EL CINE MEXICANO

Opinión de Iván Gómez

En días recientes, la titular de la Secretaría de Cultura Alejandra Frausto Guerrero respondió a los escritos por el cineasta ganador del Premio Oscar Guillermo del Toro en sus redes sociales, sobre lo que denota lo siguiente, la llamada “destrucción sistemática del cine mexicano y sus instituciones”; la comparación del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con el gobierno de José López Portillo; la suspensión de los Premios Ariel 2023, por problemas económicos; y sobre todo la falta de exhibición en las salas de cine de México de su más reciente película Pinocho, una nueva adaptación animada en stop motion, basada en la obra del escritor italiano Carlo Collodi.

Frausto Guerrero escribió “Estimado Guillermo, te escribo para contarte la realidad del cine mexicano en esta administración. Este último, solo en este año han recibido más de $3.7 MDP en el marco de esta colaboración. El apoyo al cine mexicano no se reduce a la colaboración con una asociación gremial, va mucho más allá y los números son contundentes”. 

Debido a estos escritos, usuarios en redes sociales señalaron la falta de crítica del cineasta al hartazgo del cine comercial mexicano, es decir, de películas de comedia protagonizadas por Eugenio Derbez y Omar Chaparro, realizadas por fideicomisos públicos.  A lo que del Toro escribió “Ya chole con lo de lo de los Chaparro y los Derbez y esas retóricas vacías. Vean lo que hace Tatiana Hueso, Alejandra Márquez Abella, Lila Áviles, Fernanda Valadez, etc.  Digo, para que se les note menos la plantilla… Hay voces nuevas y fuertes en el cine Mexicano.  Esas voces están atrapadas y los Arieles, la academia y los festivales, las mantienen vivas y urgentes.  Si les parece alto el costo de una identidad, no se imaginan el costo de no tenerla”. 

Ante la polémica de la suspensión de la ceremonia de los premios Ariel, la titular de la Secretaría de Cultura pidió un diálogo con Guillermo del Toro y la actriz Leticia Huijara, también presidenta de la Asociación Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas  (AMACC), en torno al financiamiento del director en la ceremonia de los premios que se llevará a cabo el próximo año e invitando al público a ver su reciente película en la Cineteca Nacional, donde hay una exhibición de figuras usados en su película. El dialogo aún queda pendiente. 

¿En verdad estamos viendo destrucción sistemática del cine mexicano y sus instituciones? ¿Qué ocurre con el cine mexicano actual? ¿Es necesario que el estado apoye el cine? Y si es así ¿a quienes hay que apoyar? Y sobre todo ¿quiénes voces nuevas y fuertes en el cine mexicano?

En un video subido por el actor, director y youtuber Kristoff Raczyński, en el que habla sobre la recaudación y calidad al cine mexicano actual, menciona que hay “encuestas, el 90% de las películas mexicanas no recuperan lo que costaron”. Esto quiere decir, que las películas de terror y las comedias románticas, géneros más atractivos al público, fracasan en taquilla en su mayoría. No aportan nada al cine, no atrapan al público. 

Estas pérdidas económicas no cuestan para los productores, sino a los fideicomisos, como Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), destinado al fomento y promoción del cine y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE), un fondo para la producción o postproducción de largometrajes cuya vida artística no depende de su éxito en taquilla. En abril del 2020, el gobierno de López Obrador impulsó la cancelación de estos fideicomisos para el cine. Que eran un gran sistema de corrupción que se tenía para entregar los recursos públicos a un círculo cerrado de beneficiarios. Esto no quiere decir que se dejara de apoyar al cine. Al contrario, se entregarán fondos de forma directa y sin intermediarios, para producciones de calidad, lo cual ayudará a impulsar a la industria fílmica nacional.

Ahora el apoyo al cine está dentro de la Secretaría de Cultura como Sistema de Apoyo a la Creación, antes FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes), un programa de trabajo constante que cada año se le vuelve a invertir y dentro del presupuesto que produce frutos. Es el caso del documental Tengo un sueño (2022) de Carlos Lara, un documental elaborado por el Semillero creativo de cine de la alcaldía Gustavo A. Madero, de la Ciudad de México, que puede verse en Youtube. Otro caso a mencionar, es el caso del documental Helguera: el trazo de la congruencia (2022) de Armando Casas. Este documental producido por Canal 22, trata sobre el trabajo artístico del fallecido caricaturista y periodista Antonio Helguera, a través de una serie de entrevistas que le hizo en 1996 y 2021. Este documental se sumo a las actividades del vigésimo Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

Del trabajo de las cineastas mencionadas por del Toro, como el caso de La camarista de Lila Avilés ¿Por qué esta película tuvo poca duración en cartelera si tenía buena recepción entre los críticos? La respuesta es sencilla porque las distribuidoras no ven esta película como algo rentable, porque no hay un actor reconocido por la audiencia como Eugenio Derbez, Omar Chaparro, Zuria Vega o Ana Claudia Talancón y su trama no involucra comedia romántica. Sobre todo, porque las distribuidoras están al servicio de este círculo cerrado de beneficiarios que golpetea mediáticamente al gobierno de López Obrador porque regresen los fideicomisos. 

Según mi punto de vista, decir que estamos viviendo una destrucción sistemática de las instituciones de la industria cinematográfica es completamente absurdo y sin fundamento. Por un lado, durante el sexenio de López Portillo las estructuras de la industria cinematográfica estatal creadas en sexenios anteriores, dejaron de apoyar a directores que habían producido filmes de éxito en el sexenio anterior, el presupuesto oficial para el cine mexicano desapareció dando nacimiento a una nueva industria cinematográfica privada, caracterizada por películas de bajo costo, en poco tiempo y nula calidad. Por otro lado, durante el sexenio de López Obrador, se apoya al cine mexicano, pero para aquellos cineastas que no tengan las posibilidades económicas de filmar y no a aquellas figuras del medio artístico que malgastan el dinero público para la realización de comedias absurdas que no entretengan a la audiencia. Las voces nuevas y fuertes que menciona necesitan que se les abra el camino, sin trabas o sin pertenecer a un circulo cerrado y utilicen bien los recursos aportados de los impuestos. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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