Trabajo precario

Opinión de Alejandro Castellanos López

Últimamente he leído algunos textos en los que se habla de la precariedad en el trabajo y parece oportuno encontrar una definición que tenga una base sólida, aunque para muchos trabajadores es una realidad concreta constante y muy dura.

Iniciaré refiriendo primero a la definición del Diccionario de la lengua española de la RAE, porque es el más autorizado de los que conozco y dice:

precario, ria
Del lat. precarius.

 Encuentro también la del Diccionario del Colegio de México que dice:

Precario adj.

Me apegaré a las dos primeras de la RAE y a la primera del COLMEX y así estará muy claro a que se hace referencia cuando se habla de trabajo precario, aunque agregaré mi propia interpretación y que se relaciona con el salario. 

Los trabajadores mexicanos de todos los gremios viven en situación de precariedad laboral sin que la autoridad haga un mínimo esfuerzo para que se puedan rebasar las condiciones que permiten a los dueños de los medios de producción, apropiarse de aquella parte del trabajo que para ellos representa ganancia y que solamente es producto del trabajo, no del capital.

En plena pandemia, muchos patrones redujeron los salarios de sus trabajadores y la STyPS ha guardado silencio porque parecía que era legítimo autorizarlo. Se comprende que los trabajadores lo hayamos aceptado, porque sabíamos que la situación mundial lo ameritaba y era la mejor forma de procurar sostener la planta productiva del país. Sin embargo, la patronal ha continuado con esa práctica en muchos sectores; podría consignar y referirme a casos específicos en los medios, en empresas de servicios educativos y en algunas otras, pero esto representaría indizar a quienes se encuentran en esta situación y quedarían a merced de estos patrones sin escrúpulos. Diré solamente que uno de estos patrones es el Diario Récord, donde a la menor protesta hay despidos, o al diario Por Esto, donde la práctica de la represión es cotidiana.

El gremio minero sobrevive en una precariedad que ralla en lo criminal, pues además del riesgo que conlleva su trabajo, las empresas mineras son irresponsables al aprovechar la necesidad de todas estas comunidades, sin tomar las medidas de seguridad que requiere su actividad, lo que termina por provocar accidentes mortales y tragedias como la que se vive en Sabinas, Coahuila. Habría que pedir cuentas a los dueños de la mina, al sindicato y a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. La falla es general.

Desde que se retornó al trabajo presencial, muchas de estas empresas continuaron sin pagar los salarios completos, porque ya desde antes tenían inscritos a sus trabajadores en el IMSS con el salario mínimo y por subcontratación y ni el Seguro, ni la Secretaría del Trabajo actuaron en favor de ellos dejándolos en situación de indefensión pues, además, muchas de estas empresas afilian a sindicatos blancos, de manera forzada y sin conocimiento a sus empleados. 

Hay que acentuar la situación de quienes venden su fuerza de trabajo en las tiendas de conveniencia, en las departamentales y en los supermercados. Ahí, la forma en que la patronal los clasifica para explotarlos más severamente, es llamándolos asociados o colaboradores y dejándolo sentado así en sus contratos, sin reconocerles ningún derecho como trabajadores, lo que hace muy sencilla su separación sin ninguna responsabilidad económica para la patronal.

 Se precisa que todos los trabajadores mexicanos de cualquier gremio se organicen en agrupaciones sindicales democráticas e independientes de las centrales oficiales y no oficiales, de modo que no sean manipuladas, ni para defender sus derechos y obtener mayores beneficios, ni con objeto de ser votos de ningún partido político o individuo que quiera acceder al poder público. Los sindicatos deben permanecer alejados del poder público en tanto no se haya instituido el poder de los trabajadores en el estado.

 Sería muy adecuado que la STyPS empiece a hacer auditorías del trabajo en conjunto con el IMSS, sin esperar que medie demanda alguna y casi de manera aleatoria, aunque el solo hecho de conocer que la mayoría de los trabajadores de alguna empresa estén contratados con salario mínimo, o como especialistas por subcontratación, tendría que motivar una inspección profunda y vigilada para evitar la corrupción. De otro modo, pareciera que existe una complicidad tácita de la autoridad con la patronal y eso actúa en contra de la transformación que apoyamos la mayoría de los mexicanos.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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