“Suena Metálico”: De alcaldesa iracunda a policía armada

Cuando le pedí a una psicóloga terapeuta, describir la personalidad de Sandra Xantal Cuevas Nieves actual alcaldesa de Cuauhtémoc, me aseguró que es una mujer violenta y soberbia. Una narcisista enamorada de ella misma y que embelesada con su imagen se piensa genial. En realidad no escucha, ni es sensible a los otros. Por ello el poder que tiene lo ostenta de una manera prepotente, brabucona y con muy poca tolerancia a la crítica.

Su vanidad es gigantesca: El día de su toma de posesión, llegó con un vestido de gala caminando por una larga alfombra roja dándose la bienvenida con una suntuosa fiesta, como si estuviera en Hollywood y fuera la noche de los Oscares. En octubre de 2022 anunció su Primer Informe de Gobierno con una manta gigante que cubría 16 de los 20 pisos del edificio Chamizal en Tlatelolco. Es decir, para ella el mundo gira sobre sí misma y por eso si no estás de acuerdo con ella o no la estas adulando, se despierta su ira. Dice Silvia Sánchez Barrios, diputada del PRI por la alcaldía Cuauhtémoc, su ex amiga “Es mentirosa a más no poder, manipuladora, egocéntrica. Le ha ganado la soberbia”. 

Desde entonces se le ve con vestidos de diseñador y joyas caras. Recientemente tras haber ganado todas las denuncias contra ella y así mantenerse en el puesto, se subió al Ángel de la Independencia a dar un mensaje “optimista” a la población que más bien fue dirigido a ella misma regodeándose en su poder y astucia, y advirtió “vamos a seguir ganando cada batalla”. Ese día vestida lujosamente presumió un reloj con diamantes modelo Rolex Datejust 36, que de acuerdo con la página de la marca tiene un precio de 14 mil 50 dólares, es decir, alrededor de 246 mil pesos.

A menos de un año de su gestión, a la señora Cuevas se le dictaron medidas cautelares. Fue vinculada a proceso por los delitos de abuso de autoridad, robo y discriminación y estuvo a punto de ser separada de su cargo. Pero aun así, ni la Fiscalía ha podido hacerle algo. Al final, logró un acuerdo reparatorio en la que muy a disgusto aceptó los delitos. Se le pidió que ofreciera una disculpa pública (que hizo a regañadientes en una segunda instancia). Además se le envió a tomar terapias psicológicas por seis meses para el manejo de su ira y emociones, pero como se ha comportado todo este tiempo, dudo mucho que haya acatado esa orden.

Se autodefine como muy ambiciosa y de metas claras aunque a veces su presunción la traiciona y sus mentiras son obvias. Por ejemplo, a pesar de que asegura que ella se hizo sola y está donde está por sí misma, es evidente que su padrino político es Ricardo Monreal conocido por sus romances extra maritales. En otro caso aseguró para el diario español El País que montó una galería de arte llamada 11.11 en la Condesa pero que tiene “todo detenido, porque, si no, me investigan. Tengo mucho arte que guardo en casa de mis padres”. Por otro lado, se sabe de manera extraoficial, que un hermano controla el ambulantaje, las cuotas de los baños públicos y de los pisos. También se le ha acusado de corrupción por el faltante de 121 millones de pesos en la alcaldía Cuauhtémoc, cifra detectada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el ejercicio fiscal 2021.

En una entrevista hace unos días, la alcaldesa le contestó a Sabina Berman que había sido una niña golpeada muy fuerte por su madre quien era muy dura. Su padre, la había puesto a trabajar rudamente y a boxear. Lo anterior lo dijo como si eso hubiera sido parte de una disciplina “normal”, sin el menor atisbo de rebeldía o amargura. Sin embargo, su constante ira, su afición por las armas de fuego y declaraciones como que a ella no le va a temblar la mano, la delatan como una víctima de la normalización de la violencia, acostumbrada a vivir en ella y a ser violenta.

A principios de este año, Cuevas aseguró que se retiraría de la política una vez que terminara su cargo de tres años. En entrevista con W Radio, la alcaldesa dijo: “La política mexicana es un asco. No aspiro a nada más que terminar bien mi periodo en la Cuauhtémoc, luego me voy a retirar”. Sin embargo ya cambió de opinión y hace algunas semanas comenzó a criticar la estrategia de “abrazos no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador porque según ella se necesita “aplicar toda la fuerza de la ley para garantizar la seguridad. En una sociedad acosada por la delincuencia, los abrazos no valen. Me gustaría ser la próxima secretaria de Seguridad de la CDMX y para eso nos preparamos practicando de madrugada con tiros de precisión“.

Por su parte, el grupo parlamentario de Morena en la Ciudad de México pidió una evaluación de su condición mental, luego de haberse dado a conocer la presencia de propaganda en contra de Claudia Sheinbaum en las oficinas de la alcaldía. En ese operativo, visiblemente furiosa, rodeada de cámaras de prensa, la Alcaldesa gritó ante sus trabajadores: “¡No vamos a parar el trabajo, muchachos. No vamos a parar el trabajo. Si esas oficinas se las quieren comer, que se las coman. Porque yo me voy a comer la Ciudad de México. Así que nos vamos a trabajar y ya saben que a nosotros no nos tiembla nada, ni nos da miedo nadie! ¿Quién nos da miedo?” preguntó. “¡Nadie!” le contestó su grupo. “¿A qué venimos?siguió envalentonada “¡A trabajar!” le respondieron. “¿A quién le vamos a partir su madre?” preguntó rabiosa “¡A Claudia Sheinbaum!” contestó el coro.

Las faltas de Cuevas han sido tantas y tan evidentes que pareciera que las comete a propósito, en busca de reflectores. Su temeridad ante la ley y su autoritarismo están registrados en videos. Estridente y brabucona el cúmulo de sus extravagancias y ocurrencias la han colocado en la cúspide de memes, el escarnio y la burla pública. Una vecina al preguntarle qué pensaba sobre la funcionaria, soltó la siguiente opinión que confieso me dejó sorprendida: “Es la líder de la Unión Tepito, una gangster dictadora, le echó a los policías a los viejitos que bailaban los fines de semana en la alameda de Santa María la Ribera. Odia a Claudia Sheinbaum porque no le permitió cerrar dos calles en la zona rosa para poner sus negocios de súper lujo imitando los que hay en Las Vegas. Es psicópata, histérica, prostituta, violenta, sádica y maniática del poder”.

Así sus conductas compulsivas y reacciones violentas han estado presentes durante ya sus dos años de gobierno. ¿Dónde quedó el castigo a sus delitos, dónde quedaron las recomendaciones de la terapia psicológica, dónde quedó la prohibición de que saliera fuera del país, dónde quedó el trabajo de la Fiscalía de la Ciudad y por qué pareciera que a la alcaldesa no se le toca? Sólo me queda pensar que o tiene un mega equipo de abogados de esos muy caros o alguien arriba decidió que es mejoe dejarla que se queme sola. Cuando la señora Cuevas declara que no le va a temblar la mano si fuera Secretaria de Seguridad, yo hasta me persigno y digo como diría mi abuelita “Del maligno líbranos Señor”.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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