La Presidenta Claudia Sheinbaum anunció que su gobierno impulsará una nueva política industrial para recuperar la soberanía farmacéutica que México perdió en los últimos años, tras la eliminación del requisito de planta en 2008, durante el sexenio de Felipe Calderón.
Dicho requisito, explicó Alejandro Svarch Pérez, director del IMSS Bienestar, obligaba a las farmacéuticas extranjeras a instalar plantas en el país para poder vender medicamentos, lo que incentivaba la producción nacional. Desde su eliminación, la industria farmacéutica mexicana cayó, al igual que su participación en el PIB, volviéndose dependiente en un 80% de insumos químicos del extranjero.

Hoy, la capacidad de respuesta nacional ante emergencias sanitarias como la pandemia de Covid-19 sigue limitada. Mientras países como Brasil apostaron por un modelo de producción local —que les permite fabricar hasta el 90% de los medicamentos de su sistema de salud pública—, México depende incluso del exterior para producir empaques, con la industria del cartón y papel en retroceso.
Svarch Pérez también ha señalado que la política de desarrollo industrial debe estar vinculada con sectores clave como el farmacéutico. Según la matriz insumo-producto, fabricar un medicamento en México involucra al menos a 146 ramas industriales, desde químicos hasta manufactura, maquinaria, cartón y empaque.
México busca recuperar el terreno perdido. La producción de medicamentos genéricos será parte central de esta estrategia, ya que su disponibilidad permite bajar los precios y garantizar el acceso universal. La apuesta es fortalecer la manufactura nacional, recuperar empleos y mejorar la autonomía sanitaria del país.
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