La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo representa un nuevo capítulo en la historia de México, con resultados palpables que la respaldan.
Apenas ocho meses después de haber asumido la Presidencia, Claudia Sheinbaum, no solo ha hecho historia como la primera mujer en dirigir nuestro país, sino que también ha conquistado la confianza de millones de mexicanos. Con una aprobación que ronda el 74%, según las encuestas recientes, realizadas por FactoMétrica y Reporte Índigo en mayo, su gobierno arranca con paso firme, con acciones concretas que ya se reflejan en la vida cotidiana de la gente.
Aunque esto no es sólo respecto al mes de mayo, ya que la mandataria federal, ha mantenido los niveles de aprobación superiores, de manera histórica, a sus antecesores, tomando como referencia los últimos 30 años.
Uno de los logros más significativos de su administración es la reducción de la pobreza laboral. Gracias a la continuidad y fortalecimiento de programas sociales como la pensión universal, los apoyos a personas con discapacidad y las becas para jóvenes, se mantiene una tendencia a la baja en los niveles de pobreza, alcanzando cifras históricas no vistas en décadas. Sheinbaum ha dejado claro que su prioridad es el bienestar de quienes menos tienen.
La seguridad, otro de los grandes desafíos del país, también ha mostrado señales alentadoras. En estos primeros meses, los homicidios dolosos han disminuido en un 25%, una cifra que habla de los resultados de una estrategia basada en la atención a las causas, la profesionalización de las policías y una mayor coordinación. “Vamos bien”, dijo recientemente la Presidenta, y los datos empiezan a respaldarla.
En materia de combate a la corrupción, su gobierno ha actuado con determinación. La cancelación de una megacompra de medicamentos por sobrecostos y la inhabilitación de empresas involucradas son prueba de que se están tomando decisiones firmes. Además, la creación de una Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno muestra una nueva manera de hacer política pública: con transparencia y sin tolerancia a los abusos.
Claudia Sheinbaum no llegó sola. Como ella misma lo dijo, llegó con todas: las mujeres que abrieron camino antes, y las que hoy ven en su figura una esperanza tangible. En apenas unos meses, ha comenzado a tejer un legado que trasciende cifras: el de un país que empieza a cambiar de rostro, con una mujer al frente y millones de mexicanos detrás.

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