Ya no tardan en salir personajes innombrables del PRIAN para hacer escarnio de las heridas del pueblo resiliente de Iztapalapa, por la tragedia de la pipa de gas. Su supuesta “solidaridad” no resalta más que su infinita hipocresía, son falsarios. Son estos mismos que en otras ocasiones no han podido ocultar el profundo odio y desprecio que le tienen al gran pueblo de Iztapalapa. Por ejemplo, no olvidemos al clasista y racista Gabriel Quadri que expresaba su preocupación al acuñar el término “Iztapalapización” para referirse a una supuesta “decadencia” de la CDMX al llegar al poder la actual jefa de gobierno Clara Brugada.
Pero ¿por qué tanto odio hacia Iztapalapa? He aquí mi respuesta. A la gran Iztapalapa no le perdonan que sea de izquierda desde sus orígenes, que desde siempre este presente en los movimientos sociales y progresistas del país, que haya estado acompañando desde siempre al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que el porcentaje de su voto haya hecho la diferencia para llevar al poder a AMLO primero como jefe de Gobierno del Distrito Federal (hoy CDMX) y posteriormente como presidente de México. No le perdonan a Iztapalapa que haya sido el pueblo aliado de AMLO que lo defendió frente al desafuero y que sean de esta localidad los que lo defienden y llenan el zócalo, su pueblo querido, su escudo protector.
Tampoco le perdonan a Iztapalapa ese cariño especial que siente AMLO por este pueblo. Es por eso que Iztapalapa fue sumida en el olvido, en la pobreza y en la marginación, construyéndole desde el poder mediático una narrativa negativa para beneficios de intereses políticos de oposición. Sin embargo, Iztapalapa siempre ha estado del lado correcto de la historia, siempre ha estado en resistencia, en contra de la opresión y combatientes contra toda injusticia.
Un hecho importante también es que de esta bendita tierra de Iztapalapa es el gran guerrero Cuitláhuac (penúltimo tlatoani del Imperio Azteca y primo hermano del tlatoani Moctezuma) que derrotó a los españoles y les hizo ver su suerte expulsándolos de la Ciudad de México-Tenochtitlán para que fueran a llorar bajo el Árbol de la noche Victoriosa el 30 de junio de 1520. Quizás también por este hecho histórico los vendepatrias, traidores y malinchistas del PRIAN odien tanto al pueblo hermano de Iztapalapa.
Quizás también por esa razón dejaron en el olvido por décadas al oriente de la ciudad, pero ni esta miseria inducida ha podido doblegar la dignidad de este maravilloso pueblo originario Iztapalapa de Cuitláhuac. Como lo dijo un día nuestro presidente AMLO, Iztapalapa es un pueblo leal, solidario, que no traiciona, no es doble cara y como decimos aquí en el barrio: ¡Iztapalapa rifa!, y saldrá de esta tragedia, porque para Iztapalapa es “una raya más al tigre”, porque la gente de Iztapalapa sabe caer y levantarse, conocen el sufrimiento, el dolor, el hambre, pero también saben del coraje y empuje para rifársela en el día a día.