El mundo político y diplomático quedó atónito cuando el junior Noboa -presidente de Ecuador- ordenó asaltar la embajada mexicana en Ecuador, algo equivalente a una invasión, pues de acuerdo a la convención de Viena, las embajadas son territorio soberano y una irrupción de fuerzas armadas de otro país se considera un atentado a la soberanía nacional.
Para ponerlo en contexto, ni siquiera Estados Unidos o Inglaterra se atrevieron a entrar a la embajada ecuatoriana en Londres, donde se encontraba refugiado Julian Assange, el periodista norteamericano que mostró cómo Estados Unidos cometió crímenes de guerra en la invasión a Afganistán. Ni siquiera los dictadores Pinochet o Videla se atrevieron a entrar a embajadas de otros países para perseguir opositores, tal como hace Noboa.
¿Pero cómo es posible que en Ecuador haya tanta degradación, ya no solo por el evento puntual en la embajada, sino por los récords negativos y las malas noticias que provienen de ese país en términos de gobernabilidad, salud, crimen, falta de Estado de Derecho y todos los problemas que desafortunadamente golpean al pueblo ecuatoriano?
Durante el gobierno de Rafael Correa, Ecuador vivió la llamada revolución ciudadana -algo así como el equivalente a la 4T en México- y se convirtió en el país más próspero de la región y uno de los mejores del mundo en términos de crecimiento, desarrollo, combate a la pobreza y desigualdad, y en general, se situaba solo por debajo de Chile a nivel de indicadores de bienestar. ¿Entonces, qué pasó? Traición es la descripción correcta para lo que hizo Lenin Moreno, quien ganó a nombre de Correa pero que, de inmediato, se puso en contra de su programa de gobierno y desempeñó el típico papel liberal y entreguista que representa la derecha en América Latina: ponerse en los brazos de Estados Unidos, defenestrar a todos los políticos de la revolución ciudadana y entregar sectores estratégicos a banqueros y oligarcas dueños de comunicación, para, obviamente, tener legitimidad y ejecutar lo que podríamos llamar el Plan Condor 2 en Ecuador.
El Plan Cóndor, también conocido como Operación Cóndor, fue una campaña de represión política y terrorismo de Estado respaldada por Estados Unidos que incluía operaciones de inteligencia y el asesinato de opositores. Fue implementado en 1975 por los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, e implementada luego por las cúpulas de los regímenes dictatoriales y gobiernos democráticos de América del Sur.
Para desplazar a China y a Rusia de América Latina, y para evitar que gobiernos de izquierda digna y próspera como los hubo en la primera década del 2000 (Evo Morales en Bolivia, los Kirchner en Argentina, Michele Bachelet en Chile, Lula da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Pepe Mujica en Uruguay y, por supuesto, Correa en Ecuador) Estados Unidos hará lo que tenga que hacer, y si tiene que imponer a tontos útiles como Noboa, Milei; o apoyar a vendepatrias como Xóchitl Gálvez, lo hará.
Esta crisis diplomática fortalecerá a México a nivel internacional, contrario a lo que quisiera el PRIAN; y debilitará a Noboa en Ecuador, porque la comunidad internacional ha rechazado esta torpeza y respaldado a AMLO y a su gobierno.
Ojo con las traiciones en la 4T, México no quiere verse en el espejo de Ecuador y para ello debe cuidar muy bien sus cuadros políticos y sus alianzas. A veces, menos es más.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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