¡Oh, postración chilanga!

Proveniente de un teléfono cuyo dueño, claro, no conozco, acabo de recibir en mi celular el siguiente mensaje de texto:

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Es Margarita Zavala quien podría representar al Frente en la CDMX. Taboada y Cuevas muy lejos del nivel de conocimiento.

Imposible enojarse… Más bien, tan pronto leí el mensaje, se me escapó una carcajada. Es una estampa fiel de la devastación en la que se retuerce la oposición moralmente derrotada.

Además de hilarante y chafa, resulta palmariamente bobalicona la propaganda mal camuflajeada en favor de la expanista —y digo “expanista” porque según recuerdo la abogada del muy muy dificultoso hablar renunció al Partido Acción Nacional en octubre de 2017, y hasta donde sé no se ha vuelto a afiliar—.

El espurio anuncio seguramente se concatena con los números que El Universal publicó apenas el lunes 16 de octubre. Según una encuesta realizada por Buendía & Márquez del 12 al 15 de octubre en la Ciudad de México, de la caterva de aspirantes a la candidatura del mal llamado Frente Amplio, es decir, el PRIAN, al que se suponía que era la carta fuerte de los panistas para competir por la jefatura de gobierno de la capital de la República, el hasta el sábado 21 alcalde de la Benito Juárez, Santiago Taboada Cortina, no le alcanza ni para ganarle a la señora Zavala. 

Podemos sospechar que el pobre señor Taboada tuvo que pasar ya el trago amargo y aceptar su realidad, porque en el documento que presentó a la mesa directiva del Congreso local pidió licencia al cargo no definitiva, sino sólo por 41 días… Así que, si está previendo regresar, está previendo perder la candidatura. Y no es para menos, según la referida encuesta, mientras que el 67% de los encuestados conocen o han oído hablar de la exesposa, perdón, la que es esposa del expresidente Felipe de Jesús Calderón, el joven Santiago apenas llega al 36%, lo que lo ubica, y por favor no se rían, muy atrás de Sandra Cuevas, a quien, con todo y sus 59 puntotes porcentuales de reconocimiento, evidentemente todos los partidos del Frente preferirían mantener en el olvido. La alcaldesa con licencia de la demarcación territorial Cuauhtémoc no sólo se lleva al baile a su par de la Benito Juárez, también puede presumir más reconocimiento en la ciudad que el señor hijo del expresidente De la Madrid, Enrique Octavio, quien como recordarán hasta hace unas semanas se creía presidenciable…

Ahora, no se vayan a quedar ustedes con la falsa idea de que el futuro pinta promisorio para la señora Margarita, porque si bien es ella quien muestra un mayor porcentaje en cuanto a intención de voto, este apenas es de 14%, mientras que un tal señor Ninguno tiene 35 por ciento. Para acabarla de amolar, resulta que en un rubro las señoras Cuevas y Zavala están prácticamente empatadas: nada más la mitad de los encuestados que sí las conocen, 47 y 50%, respectivamente, declararon que nunca de los nuncas votarían por ellas. Vistos de nuevo en conjunto, resulta que si bien —bueno, si mal— Margarita Zavala y Sandra Xantall Cuevas encabezan la lista en cuanto al peor balance de opinión, en realidad ninguno de los aspirantes del prianismo logra un balance de opinión pública positivo: a los tres que menos mal resultan evaluados —Taboada, Ruvalcaba y Cházaro— quedaron tablas con sendos ceros. 

En suma, la oposición en la CDMX no es oposición. Los partidos que se amazacotan en el Frente Amplio más que preocuparse por ganar las próximas elecciones deberían apurarse, y mucho, por no perder el registro.

Todo hace pensar que en 2024 la derecha mexicana saldrá peor parada de lo que está… Si es que le alcanza para salir de pie. La situación se explica no sólo por la fortaleza ideológica y política del movimiento progresista agrupado en torno a Morena. La otra parte de la explicación está de su lado.  Sucede que entre las filas del combo reaccionario, en el PRIANISMO en pleno, pues, se propaga un brote endémico del síndrome Dunning-Kruger. Pobres. Se trata de un sesgo cognitivo que lleva a las personas a sobreestimar sus habilidades o conocimientos en relación con un tema o campo específico, considerándose expertos o especialmente dotados en áreas en las que, en realidad, son sólo moderadamente competentes, por no decir mediocres o de plano incompetentes.

El síndrome también conocido como efecto Dunning-Kruger describe a gente incompetente en un área determinada que ignoran su incompetencia, es decir, incapaz de percatarse de su propia incapacidad. La condición ‘dual-burden’ aqueja a quienes padecen dicho síndrome: los menos capacitados no sólo se desempeñan peor, sino que tienen menos el conocimiento metacognitivo que les permita autoevaluarse. Las hipótesis en que soportan Dunning y Kruger son las siguientes:

Ahora díganme a quiénes recordaron y por qué a los señores X, Alito, Markito y Zambrano.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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