MORENA: ENTRE CHAPULINES Y FUNDADORES

Aunque a través de la historia este tema ha estado en el corazón de la cultura política mexicana, hablar de puros e impuros, chapulines y fundadores, legítimos e ilegítimos, nos hace sentido hoy más que nunca debido a la situación que en algunos lados se desarrolla al interior del partido hegemónico en México: el MORENA. De esa invasión de chapulines hablaremos líneas abajo.

Fundar

El acto de crear algo en términos de la partidocracia mexicana llega a hacer alusión a formar parte de las primeras personas que iniciaron algún movimiento social o partido político. Obviamente son personas que les costó mucho lograr esos referentes colectivos y que en la mayoría de los casos gozan de algo o mucha legitimidad.

Las personas fundadoras en el MORENA llegan a tener cierto poder e influencia, incluso se llegan a aglutinar colectivamente pues se reconocen como iguales y buscan generar contrapesos a advenedizos que vienen de otros partidos y que en muchas ocasiones es dudoso su interés por militar acá.

Una de las quejas que hemos visto mucho en tiempos recientes es de fundadoras y fundadores del MORENA debido a que muchas personas de otros partidos y con pasado turbio han decidido…

Chapulinear

Y con eso ingresar a nuestro partido movimiento. Pero no solo han ingresado (cosa que los estatutos lo permiten), sino que se les ha dado poder o han obtenido espacios muy importantes en la política pública y del partido.

Obviamente, estas quejas pueden resultar legítimas cuando descaradamente se les dan esos espacios a los que antes han sido traidores al movimiento y a la patria. Es decir, es más que entendible esa postura y sentimiento.

Sin embargo, aquí es importante problematizar sobre qué es fundar o quiénes pueden ser considerados fundadoras y fundadores del movimiento. Estamos ante un escenario donde al MORENA se han integrado de diversos espacios políticos de derecha y de izquierda desde su fundación en el Calderonato y posteriormente.

Las desbandadas han ocurrido en 2012, otras en 2015, muchas en 2018 y algunas más en 2021 y ahora vemos en este año una nueva camada en el proceso de elección presidencial donde tendremos la primera presidenta de la historia.

Tiempo de definiciones

Si bien es muy difuso y confuso el adjetivo de fundador, también lo llega a ser el de chapulín, pues muchas personas vienen de otros procesos políticos y si bien hay casos alarmantes donde se llegan a integrar personas con ideología contraria que nos puede costar caro (ver el caso de Lily Téllez) muchos otros casos se alinean al proyecto político y pueden ser parte fundamental en el proceso.

No olvidemos que como en tiempos recientes dijo nuestra candidata a la presidencia: “los fundadores no ganan elecciones” ya que se necesita de todas las personas que bajo los principios de la 4T quieran contribuir a transformar el país en beneficio de las mayorías. Ejemplos en la historia hay muchos de personas que se pasaron de un lado a otro y que fueron determinantes, verdaderos héroes y heroínas.

Más aún, como fundadoras y fundadores debemos seguir trabajando y construir territorio, existen casos de muchas personas que bajo esa aura dejaron de trabajar creyendo que con eso era suficiente, incluso se han creído dueños del partido y se equivocan, el MORENA es el instrumento del pueblo mexicano, para finalizar veamos que dice nuestro presidente AMLO al respecto:

“Con este ejemplo (el caso de Ricardo Monreal pasándose al PRD en la gubernatura de Zacatecas en los 90) podemos ver qué tan importante es la postulación de candidatos externos. Cuanta mayor apertura, mejor. Cuando se lucha por hacer valer la democracia no es aceptable el maniqueísmo. Los políticos no se dividen entre buenos y malos; se distinguen, sobre todo, por su forma de actuar en determinadas circunstancias. Los fundadores del PRD no éramos, los únicos con derecho a participar. Repetía y repetia: el PRD no es de nadie, no tiene dueño, es de todos. Es un instrumento de lucha al servicio de la sociedad. Entonces, no se trata de buenos o malos o de quién llegó primero. Esto tiene que ver con la congruencia. Puede tratarse de una persona que viene del PRI, pero al momento de tomar postura y empezar a actuar en el movimiento popular, en el movimiento de izquierda, tiene una actitud distinta. No se puede cuestionar o juzgar a priori, a rajatabla. Hay que cuidar los principios, pero debe concederse el beneficio de la duda.

En política hay que correr riesgos para avanzar. Es indispensable equilibrar principios con eficacia. Con más razón ahora, cuando existe una derecha neofacista y voraz, se requiere la unidad de todos los que nos situamos en el abanico de fuerzas progresistas. No estamos para ponernos muy exigentes, para exquisiteces, para decir <<este compañero sí; este no. Este tiene una manchita, este otro no es puro>>. Así no se puede. La política la hacen hombres y mujeres; no se hace con santos. Por eso hay que tener una visión amplia y abierta para preservar lo fundamental y no fijarse nada más en lo accesorio.”

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