México ¡vamos muy bien!

Ya era hora de que comenzáramos a ver el esplendor de México. Un economista como yo, nacido a principios de los años ochenta, era común que fuera objeto de burla porque nacimos con el mote de “hijos de la crisis”, se lo escuchamos decir a más de un profesor tanto en los pasillos como en el salón de clases. Esa pequeña pero profunda frase denotaba dos cosas muy importantes que detallo a continuación. 

Primero, que habíamos nacido en un mal momento, un momento en el que México atravesaba por una de las peores crisis económicas de todos los tiempos, la del año de 1982 o también conocida como crisis de la deuda, resultado de gobiernos corruptos, despilfarradores, mentirosos además porque decían que administrarían la abundancia de riqueza en el país y falsarios porque sostenían que la economía la defenderían como perros guardianes. 

Segundo, esa frase vaticinaba que los años venideros no serían tan afortunados debido a la paulatina decadencia a la que nos llevaban los gobernantes, así, cuando pensabas que no podía ser peor, siempre salía alguien de Harvard o de Yale a sorprendernos con otra movida chueca de la economía. Después de Miguel de la Madrid que dejo a una economía endeudada, devaluada, con inflación y en banca rota, llegó Salinas que dejo una ola de muertes, inestabilidad política, fraudes electorales, estallamientos sociales, privatizaciones, levantamientos armados y finalmente la caída del peso; no olvidemos a su sucesor, el supuesto “genio” de Yale, Zedillo, que rescato a los banqueros con el FOBAPROA, entrego los ferrocarriles, nuevamente endeudo al país y lo dejo en crisis.

Deberás que no lográbamos ver la luz, nuestros padres hicieron un enorme esfuerzo por sacarnos adelante y darnos lo indispensable, la pobreza iba en aumento y con ello la delincuencia, cada vez más, conforme pasaba el tiempo, veía cómo la gente que tenía empleo lo perdía y se dirigían a engrosar las filas del trabajo informal o de la migración. Era muy triste ver cómo mucha gente no continuaba con sus estudios porque se salían de la escuela para poder ayudar a la economía familiar, tuve varios compañeros así ya entrando a la media superior, que abandonaron la escuela y jamás regresaron. 

México necesitaba nuevos bríos, alguien en quien confiar y Fox se presentó con esa bandera del cambio que nunca llegó, mintió a mucha gente y se vio claramente cómo el cambio de partido no significó ni un cambio de régimen ni por lo menos un cambio de gobierno porque desde ese entonces, el PRIAN ya eran lo que son ahora, lo mismo, dos partidos con supuestas ideologías contrarias en su origen, pero iguales al día de hoy, se fueron mimetizando hasta convertirse junto con el PRD en la supuesta “alianza” ¡Va por México! Los gobiernos panistas no se distinguieron de sus antecesores, la situación económica y social fue cada vez empeorando, únicamente con la diferencia de que conforme pasaba el tiempo esa descomposición moral del gobierno y de los partidos abonaban a la instauración con mayor fuerza de un narco-estado. 

Cuánta razón tenían nuestros profesores, casi cuatro décadas perdidas, todo el potencial de una generación tirado a la basura, porque de esos jóvenes que nacieron en los ochenta, el que no está muerto, está en la cárcel, o esta de migrante, o con un poco de suerte, estaba trabajando bajo explotación y con bajos salarios con la falsa idea de que esta característica es la que le brindaría a la empresa una mayor competitividad. Es de esta manera que, bajo gobiernos corruptos, no se tenía un estado de bienestar que velará por los más desfavorecidos, ni tampoco que les brindará la esperanza de tiempos mejores. En materia de diplomacia, pensábamos que éramos el “patio trasero” de Estados Unidos, claro, esto gracias a gobernantes anti-nacionalistas, peleles y agachones. 

Pensé que mis ojos no verían nunca un México próspero y que lo que yo y mis padres vivimos (una situación complicada, de la misma manera que muchas familias mexicanas) tendríamos que heredárselo a nuestras nuevas generaciones de hijos y nietos, gracias a dios no fue así. México despertó como nación en el año 2018, esa poca esperanza que se tenía, esa que se guarda como reserva de emergencia, todavía sirvió para poder elegir y votar a un gobernante honesto como Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No sabría explicar que habría sido de México si hubieran seguido cualquiera de los partidos de oposición gobernando a México (y en pandemia), yo creo que el país ya se habría incendiado en llamas y habría existido estallamientos sociales masivos, como el que ha acontecido en otros países como Perú y Ecuador, países que hasta el día de hoy siguen siendo mal gobernados por una derecha conservadora, rancia y neoliberal.

Apreciable lector, no crea que estas son supersticiones, o producto de mi deseo que me hace imaginar cosas que no se pueden ver, tampoco es una ideología, ni siquiera una idolatría por un personaje al que ofensivamente sus detractores llaman mesías, no es así, el presidente AMLO se merece toda nuestra estima y respeto, toda nuestra admiración, pero más allá de las palabras, déjeme darle números y cifras para que usted pueda contrastar y llegar a las conclusiones que yo he llegado de que en México ¡vamos muy bien! Estas conclusiones apreciables amigos y amigas, son de larga data, no solo son de varias décadas de vivir en un México complicado e incierto, sino de estudiar la ciencia económica y la economía mexicana en retrospectiva, con una visión histórica y cultural. Siempre le digo a mis estudiantes: “créanme, esto yo nunca lo había visto”. 

Iniciemos diciendo que a todos nos importa el EMPLEO porque el empleo no solo dignifica a las personas y las hace sentirse útiles en sociedad, sino porque este te permite tener ingresos económicos para llevar sustento a tu hogar y con ello vivir dignamente, es por ello que no sólo importa el empleo sino también el INGRESO de ese empleo, que sea un empleo digno con salarios dignos. En los últimos años hemos registrados cifras históricas en los puestos de trabajo registrados al seguro social (IMSS), en abril de este año se reportaron 21 millones 820 mil 291 empleos formales. 

Por su parte, el salario promedio (o remuneración mensual promedio de trabajadores asegurados) para el mismo mes de abril de este año fue de $16,035 pesos. La TASA DE DESEMPLEO es de 2.8%, de las más bajas en la historia y comparativamente de las más bajas a nivel mundial, muy por debajo de las tasas de desempleo de países de primer mundo como España (12.9%), Italia (7.9%), Francia (7%), Canadá (5%), y Estados Unidos (3.5%). Hay bajo desempleo porque la economía es dinámica, porque México es una economía fortalecida, al día de hoy con un SÚPER PESO con tipo de cambio de 17.24 pesos por dólar, de las economías más apreciadas del mundo y que atraen inversión internacional por la confianza que ello les brinda. 

Sólo el año pasado atrajo de INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA (IED) la cifra de $35 mil 292 millones de dólares. Esto coloca a México en una posición privilegiada con respecto al exterior, particularmente con Estados Unidos del que hoy ya somos su PRINCIPAL SOCIO COMERCIAL con $72.1 miles de millones de dólares, lo que representa el 16.1% del porcentaje del comercio total, por encima de Canadá (15.5%), China (10.1%), Alemania (4.8%) y Japón (4.4%), esto con datos a marzo de este año. 

Nuestros paisanos son una comunidad numerosa en Estados Unidos (cerca de 40 millones), por lo que no sorprende que las REMESAS sean nuestra principal fuente de ingresos y que en los últimos años nuestros paisanos migrantes hayan incrementado el envío de remesas alcanzando cifras históricas. En el año 2022 por envío de remesas se registraron poco más de $58 mil 510 millones de dólares. Estas nuevas condiciones internacionales aunado a un trabajo diplomático de primera y a un gobernante honesto como AMLO, le ha permitido a México recuperar su respetabilidad, su dignidad y su soberanía. Hoy México es una nación fuerte y fortalecida por sus valores y su cultura milenaria, hoy se nos mira con otros ojos desde el exterior, ya no con la burla ni la mofa que caracterizó a los gobiernos corruptos y neoliberales del pasado. 

Pese a todos los pronósticos, México se recuperó rápidamente de la caída provocada por la crisis sanitaria del COVID-19, tuvo una recuperación en “V” y no en “L” como lo esperaban organismos internacionales (como el FMI) y agencias nacionales como la asociación de México ¿Cómo vamos?, que querían forzar los datos y sus gráficas para decir que nuestro país estaba en quiebra (cómo se ve que en el ITAM no les enseñan a distinguir la diferencia entre un ángulo de 90° y uno de 45°). Es innegable la recuperación de la economía de venir de una pandemia que nos llevó a tasas de crecimiento del -8.2% en el año 2020 a reportar una tasa de crecimiento del 4.9% inmediatamente después en el año 2021. En el año 2022 México se estabilizó a una TASA DE CRECIMIENTO ANUAL del 3.1%, por encima de países como China (3%), Corea del Sur (2.6%) y Japón (1%), por ello me parece que ya podríamos hablar del “Nuevo Milagro Mexicano” (NMM).

La TASA DE INFLACIÓN va a la baja, en abril de este año se reportó de un 6.25%. Debido a la soberanía energética por la que tanto ha luchado AMLO, se tiene el control de los precios de los energéticos, por lo que no se han disparado los precios de la luz, el gas, la gasolina o la electricidad, como sí lo han hecho en otras partes del mundo como en el caso de España. Se le ha hecho frente a esta inflación también con mejora en el incremento al SALARIO MÍNIMO, que recordemos ha pasado desde el año 2018 que era de $114.8 pesos a este año de 2023 que se encuentra en $207.4 pesos, lo que representa un aumento del poder adquisitivo de poco más del 88%.

Es de esta manera en que la economía ha mejorado, no solo a nivel país y en nuestro entorno, sino en la economía real y familiar, lo que AMLO le llama la “ECONOMÍA DE LA MESA”. Al día de hoy podemos comprar 10 kilos de tortilla, cuando antes, en 2018 sólo podíamos comprar 6.5 kilos de tortilla; hoy podemos comprar 4.2 kilos de huevo, cuando en 2018 sólo podíamos comprar 3.2 kilos; hoy podemos comprar 4.8 kilos de frijol cuando en el año 2018 podíamos comprar 3.1 kilos.  Una economía sana se nota, tenemos finanzas saludables y no se ha incurrido en deuda como en gobiernos pasados, a pesar de que padecimos la crisis más severa de los último cien años. 

Por si fuera poco, y lo anterior no bastara para convencerlo de que en México vamos muy bien, quisiera decirle que las RESERVAS DEL BANCO DE MÉXICO en septiembre del año 2021 llegaron a su máximo histórico con 205, 599 millones de dólares, de la misma manera y con cifras positivas históricas el comportamiento de la BOLSA MEXICANA DE VALORES (BMV). Por ahora dejaré de lado otros indicadores que también son de importancia como la seguridad, la educación, salud, el turismo y los programas sociales. 

A diferencias de los modelos económicos neoliberales y economicistas, en el gobierno de AMLO se vela por una economía moral más integral, no solo centrada en el crecimiento económico, sino también en el desarrollo económico y en el bienestar social. Finalmente, apreciable lector y alumnos de Micro y Macro, hoy les puedo decir sin temor a equivocarme que vamos muy bien y que sin duda hoy no sólo tenemos en México al mejor presidente, sino también al mejor economista que ha gobernado este país.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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