LA MARCHA DEL PUEBLO

Opinión de Fabiola Gutiérrez

Estando en la marcha del pasado 27 de noviembre, las grandes masas te hacían sentir como una gota de agua dentro de un inmenso mar. Estando con la multitud comprendías profundamente la lucha ancestral de nuestro país, al mismo tiempo que era imposible ver el final e inicio de la marcha del pueblo.

El sol de la Ciudad de México se hizo presente y nos acompaño con su fuego durante toda la marcha. Fue un día histórico, la gente llegaba por todas partes y de todas partes, llegaba en familia, llegaba organizada, llegaba en camión, en metro, en carro, a pie, y por todos los medios posibles… la gente iba por convicción y con una gran responsabilidad con la transformación de nuestro país. Todos esperábamos ver, abrazar y caminar codo a codo junto al presidente. 

Había gente bailando, cantando, tocando música, mostrando sus mantas, carteles, playeras y demás cosas alusivas al presidente o a la marcha; en las calles se respiraba democracia. Marchábamos con el corazón, con amor, con ideales y no con odio ni clasismo, ni racismo. Marcamos por todas y todos los que cuando lo intentaron terminaron masacrados por los gobiernos del PRI y del PAN, marchamos porque tenemos memoria histórica, marchamos por el buen manejo del gobierno en los sectores de salud, seguridad y educación, marchamos porque nuestros abuelos reciben un apoyo, porque nosotros los jóvenes mediante un estímulo somos apoyados para seguir estudiando, marchamos por nuestros pueblos originarios.  

Los gritos de alegría y emoción finalmente nos fueron llevando hacia el zócalo, en donde el pueblo se encontraba dispuesto a escuchar el cuarto informe del presidente López Obrador. El pueblo comenzaba a gritar “Reelección” cuando el predisente volvió a recordar sus ideales maderistas, abriendo paso a enumerar 110 acciones y logros del gobierno de la 4T. Aquel cuarto informe además de cerrarlo con una gran vitalidad, lo cerró con la frase de Benito Juaréz “Con el pueblo todo sin el pueblo nada”. 

El mitote no terminó ahí, la gente seguía bailando y demostrando esa enorme felicidad de haber participado en una marcha histórica. “Vengo y voy caminando, ayúdame a llegar al zócalo” decía el cartel que una persona cargaba con orgullo. En una entrevista nos dijo que venía desde Veracruz, había salido caminando de aquel estado y llegado mediante la ayuda de personas, decía que el pueblo mexicano es un pueblo bondadoso. La marcha estuvo llena de personas valientes y con un gran compromiso, llamarlos acarreados es una grosería.

Esta enorme marcha es el resultado de una gran de democracia y del apoyo de los mexicanos al presidente. No somos acarreados, no somos “patas rajada” y eso fue lo que miles de mexicanos salimos a defender. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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