La justicia envilecida

“…la justicia envilecida
pudo acusar con palabras
sangre del corazón
y de la verdad que entraña.
Los hombres del pueblo son
desempleados, obreros,
cosechando la miseria,
campesinos que en la tierra
amada y ajena sudan.
y a esta gran masa irredenta
a la que ofrecen y engañan,
no le iban a decir
¡te vamos a dar,
si no vienes aquí,
lucha con todas tus fuerzas,
hasta vencer o morir!”

Sara González y Fidel Castro

México empieza a conocer, penosa y muy lentamente, de dónde proviene la mayor parte de la dolorosa realidad de injusticia que llena de muerte y dolor a la nación y vislumbra, en la luz de la esperanza plantada por el corazón de un hombre en la entraña más íntima del Pueblo que lo vio nacer, el futuro hecho con sus propias manos, que a pesar de los intentos de impedirlo desde el más corrupto de los Poderes de la Unión, ese que hoy comienza a ser desnudado, se vuelve conciencia popular. 

Lo desnuda primero, la voz de Andrés Manuel a quien, desde la orilla del Río Carrizal, deseo muy pronto restablecimiento y envío un cálido abrazo fraternal rogando al creador que lo deje continuar a la cabeza de esta obra colosal de la Cuarta Transformación y la Revolución de las Conciencias. 

Hay otras voces que se escuchan un poco menos fuertes, pero que también son dignas porque igualmente han vivido en la línea del combate constante en favor de los más necesitados y en contra de los abusos que se han originado en el poder económico, judicial y político. 

Entre esos luchadores sociales se encuentra el Licenciado en Derecho Joaquín Ortega Esquivel, abogado e investigador, que ha sido asesor legal de diversos movimientos y agrupaciones, siempre comprometido con la justicia verdadera y en especial con los trabajadores ha compartido un poco de la historia del Poder Judicial y de por qué, desde su origen mismo está corrompido y le es prácticamente imposible ser verdaderamente justo e incorruptible. 

Joaquín Ortega, cita a Morelos, en una entrevista hecha por “DETRÁS DE LA RAZÓN” https://youtu.be/jDHw82HsltY y dice “…en el decreto que expidió José María Morelos para llevar a cabo la confiscación de los bienes de todos los partidarios del gobierno colonial español, hay un espacio que dice claramente -los jueces y magistrados que son miembros del partido de la tiranía, solo saben castigar la pobreza y la tontera, y por esa razón sus bienes deben ser confiscados- y decir castigar la pobreza y la tontera, es decir exactamente lo que ocurre con la justicia el día de hoy”.

La división de poderes supone que haya autonomía en cada una de las funciones del estado para que éste opere en beneficio del pueblo, Ortega Esquivel cita la Constitución en su Art. 39, que dice: 

Artículo 39.- La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.  

La visión del Constituyente de 1917, dejaba implícito que todos los poderes de la Unión debían dimanar del propio Pueblo, lo que significa que cada pieza del poder público tendría que ser electa, pero esto no ocurre con el Poder Judicial. Los miembros de ese poder en México, no son electos por el Pueblo, en esencia no dimanan del pueblo ni están instituidos para beneficio de éste.

Es fácil entender lo anterior sin ser un erudito en materia de derecho y es una de las revelaciones que se develan con la 4T y llaman a la conciencia para actuar porque ningún juzgador es escogido por el Pueblo; los Ministros de la SCJN, son escogidos por el Senado de la República de una terna enviada por el Presidente de la República y sus funciones duran quince años, de modo que su “servicio” sigue siendo efectivo para aquellos que los eligieron por mucho tiempo más que aquél de quién los escogió y son ellos quienes nombran a magistrados y jueces y esto ocurre de manera similar en el ámbito federal y en cada estado del país.

Por eso podemos ver que la actual presidente de la SCJN, quien fue escogida por Peña Nieto, sigue protegiendo los intereses de todos los asociados en los diferentes partidos políticos que apoyaron las reformas que se hicieron durante el prianato neoliberal. Por eso la Corte no puede ser imparcial.

También está establecido que la justicia debe ser gratuita y expedita, yo me pregunto qué ocurre con quien tiene que presentar legajos de decenas de hojas, en triplicado o cuadruplicado, y a veces más, en cualquier tribunal, pero no tiene dinero para hacer las copias y, por tanto, no puede entregarlas ni en tiempo, ni en forma, así, cualquier juez, magistrado o ministro habrán de dictar una resolución contraria a quien no pudo pagar unas copias, aunque esta resulte absurdamente injusta. Me pregunto dónde quedó la gratuidad de la justicia.

De su calidad de expedita, no hay duda de que en ninguna materia existe tal, más que en contados casos que resultan excepción. Conocemos de casos en materia penal cuyos indizados siguen en prisión sin sentencia desde hace más de 17 años. Existen también, casos de demandas laborales que ya llevan varios años y están en el limbo judicial, de casos civiles y mercantiles, ya ni hablar. 

Los mexicanos estamos acostumbrados a no demandar a nadie que viole nuestros derechos ni las leyes en nuestra contra; preferimos no perder tiempo y dinero en un juicio que puede durar una eternidad y llevarnos a la ruina y a la miseria. Los verdaderos causantes de la impunidad, están sentado en los juzgados y en los tribunales, salvo honrosísimas y rarísimas excepciones. Es tiempo de revolucionar al Poder Judicial.  

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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