En África occidental, el kush, una mezcla letal de cannabis y opioides, provoca muertes y se convierte en una emergencia de salud pública en países como Liberia y Sierra Leona.

En Guinea-Conakry, el kush se ha convertido en la droga de moda, con efectos devastadores. Esta mezcla de cannabinoides y opioides sintéticos es hasta 25 veces más potente que el fentanilo.

La enfermera Saio Keita trabaja en el centro Sajed, el único lugar que ofrece atención a drogodependientes en la capital. La doctora Marie Koumbassa, responsable del centro, menciona que el kush ha saturado los sistemas de salud. Los pacientes que llegan presentan graves síntomas como convulsiones y fiebre.

Desde su aparición en Sierra Leona en 2022, el kush ha expandido su alcance, llevando a varios países a declarar emergencias de salud pública. Las muertes por sobredosis han aumentado, saturando funerarias y hospitales.

Los usuarios suelen ser jóvenes de barrios desfavorecidos. Ibrahima, un joven en recuperación, comparte que el kush le ofreció un escape temporal, pero a un alto costo: ha perdido la relación con su familia.

El kush se vende a precios bajos, lo que lo hace accesible para muchos. La UNODC destaca que se ha convertido en la tercera droga más consumida por estudiantes de entre 15 y 18 años en Guinea-Conakry.

Los ingredientes del kush llegan principalmente de China y Europa. Se sospecha que algunos traficantes añaden polvo de huesos humanos a la mezcla. Este fenómeno ha llevado a un aumento de pacientes en el único hospital psiquiátrico de Sierra Leona.

El centro Sajed lucha por ofrecer atención adecuada, pero carece de recursos. La necesidad de nuevos establecimientos es urgente, ya que el kush sigue expandiéndose en regiones fronterizas. La situación exige una respuesta coordinada y recursos para enfrentar esta crisis de salud pública. (Con información de El País).