Un juez federal no dictará sentencia esta semana sobre la liberación de Kilmar Ábrego García, quien enfrenta cargos de tráfico de personas en Tennessee. Sus abogados intentan demostrar fallas en el caso presentado por el gobierno federal.

Ábrego García, originario de El Salvador, se ha convertido en un símbolo de las controvertidas políticas de inmigración del expresidente Donald Trump. En marzo, fue deportado por error a su país, violando una orden judicial que evitaba su deportación debido a amenazas de pandillas.
Tras la presión de la Corte Suprema, el gobierno trajo de regreso a Ábrego García a EE.UU. el mes pasado. Sus abogados califican los cargos de “absurdos” y destacan que dependen del testimonio de testigos cooperantes.
Durante la audiencia, el agente especial de Seguridad Nacional, Peter Joseph, no supo si el testigo principal había coordinado su testimonio con otros. El caso se originó en una parada de tráfico en 2022, cuando Ábrego García conducía un vehículo con nueve pasajeros.
El gobierno de Trump afirma que es miembro de la pandilla MS-13, aunque no hay cargos en su contra. Ábrego García ha denunciado tortura en El Salvador, algo que el presidente salvadoreño niega.
La jueza Barbara Holmes determinó que Ábrego García es elegible para la liberación. Sin embargo, sus abogados piden que no sea deportado inmediatamente. En la audiencia reciente, los fiscales solicitaron que se revocara la opinión de Holmes.
La jueza Paula Xinis, en Maryland, también está involucrada en el caso. Ella preside una demanda presentada por la esposa de Ábrego García por su deportación errónea. Sus abogados piden que se le retenga al menos 72 horas si es liberado.
Si Ábrego García queda bajo custodia del ICE, sus abogados lucharán contra la deportación en los tribunales de inmigración. La próxima semana se espera que el juez Crenshaw dicte sentencia sobre su caso.

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