El sistema financiero de Estados Unidos mueve cada año 100 mil millones de dólares provenientes del tráfico de drogas, principalmente del fentanilo, sin que un solo banco haya sido sancionado o investigado, pese a las evidencias del propio Departamento del Tesoro.
De acuerdo con la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), el 95% de las alertas por lavado de dinero vinculadas con el tráfico de fentanilo se registran en bancos de EE. UU., un país que concentra la mayor población de consumidores de opioides en el mundo.
En los reportes bancarios de 2023, se identificaron mil 246 operaciones sospechosas relacionadas con el fentanilo y movimientos financieros por mil 400 millones de dólares. Toda la cadena —desde la compra de precursores hasta el blanqueo del dinero— pasa por bancos estadounidenses.
FinCEN confirmó que Estados Unidos es el trampolín del sistema financiero global para lavar dinero del narco. Le siguen México y China. Solo los bancos de EE. UU. concentran el 57% de las alertas, con epicentros en California, Florida, Nueva York y Arizona.

Pero mientras el Tesoro señala a bancos en otros países —como Vector, CIBanco e Intercam en México—, el sistema bancario estadounidense goza de impunidad, aunque su papel sea clave en el circuito financiero del narcotráfico.
El contraste es brutal: en EE. UU. es más fácil abrir una empresa fantasma que sacar una tarjeta de biblioteca, según la organización Integridad Financiera Global, que además ha documentado el lavado de 2 mil 300 millones de dólares en bienes raíces.
Las autoridades sí actúan, pero contra las “mulas” del dinero. Ayer mismo, el Departamento de Justicia anunció la sentencia de José Manuel Martínez Gómez, alias “El Meño”, operador financiero del CJNG, condenado a 100 meses de prisión por lavar 5.4 millones de dólares mediante criptomonedas.
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