Donald Trump prepara la mayor deportación en la historia de EE. UU. y ha lanzado una campaña nacional para reclutar a miles de exagentes del ICE, apelando al patriotismo con el viejo símbolo del Tío Sam. El objetivo: detener y expulsar a un millón de migrantes indocumentados en un año.
De acuerdo con El País, la operación, llamada “Regresa a la Misión”, busca contratar a 10 mil nuevos oficiales y ampliar las redadas migratorias en todo el país, especialmente en las ciudades santuario. La ley fiscal aprobada por el Congreso asignó 75 mil millones de dólares al plan, entre centros de detención y contrataciones.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ya ofrece sueldos de hasta 144 mil dólares anuales, bonificaciones de 50 mil dólares y pensiones para exagentes, además de abrir vacantes para fiscales e investigadores.

El ICE ha sido criticado por el uso excesivo de la fuerza, el terror en comunidades migrantes y la criminalización de familias. Organizaciones civiles acusan a Trump de financiar el odio racial mientras recorta presupuesto a salud y educación.
“Esto es parte de una estrategia para reforzar el discurso racista antiinmigrante”, denunció el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes. El plazo para postular termina el 18 de agosto, y el mensaje es claro: “América te necesita”.
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