Este lunes 16 de junio, el Zócalo capitalino se convirtió en el punto de encuentro para miles de jóvenes universitarios que recibieron una noticia que impulsa su derecho a estudiar: la entrega de 10 mil becas de transporte por parte del Gobierno de la Ciudad de México.
La Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, encabezó la ceremonia y destacó que con esta segunda entrega del año, ya suman 55 mil estudiantes beneficiados con un apoyo bimestral de 1,500 pesos. La meta, aseguró, es clara: alcanzar la universalidad del programa.
“Este programa no distingue entre promedios ni ingresos, porque no vemos la educación como un privilegio, sino como un derecho. Le apostamos a que nadie se quede sin estudiar por falta de recursos para el transporte”, expresó Brugada ante una plancha repleta de jóvenes.

El programa contempla alcanzar los 100 mil beneficiarios antes de que termine el año, con la intención de llegar eventualmente a todos los universitarios de instituciones públicas que vivan en la Ciudad de México, incluso si estudian en planteles de la zona metropolitana.
Durante el evento, el secretario de Educación de la Ciudad de México, Pablo Yanes Rizo, subrayó que esta beca no sólo facilita la movilidad, sino que también es una herramienta concreta de permanencia escolar: “La educación y la movilidad son derechos que se articulan en este programa, porque sin transporte, muchos no podrían seguir estudiando”.
Desde el Gobierno federal, el respaldo también fue evidente. Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública, reconoció la visión del gobierno capitalino: “Con este programa, se promueve la igualdad de oportunidades educativas, sobre todo para quienes viven en zonas de mayor rezago. Esta beca les permitirá enfocarse en sus estudios, sin tener que elegir entre trabajar o trasladarse”.
La rectora de la Universidad Rosario Castellanos, Alma Herrera Márquez, celebró la iniciativa como parte de un proyecto de ciudad incluyente: “La movilidad es una condición esencial para garantizar el acceso a la universidad. Políticas como esta fortalecen el pensamiento crítico y construyen ciudadanía”.

El Zócalo fue, una vez más, el escenario donde la educación fue puesta en el centro. Un compromiso claro con las juventudes que día a día cruzan la ciudad para estudiar, con la esperanza de transformar su entorno, y de paso, su futuro.

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