Según el último reporte del Banco Mundial, México ha sido el país que más ha sacado de la pobreza a personas, con un total de 11 millones, pero estos números contrastan con las predicciones pesimistas del mismo organismo que dicen que la economía no crecerá mucho en los próximos años.
El sicariato mediático de la derecha se ufana de decir que México tiene grandes problemas económicos porque los inversores no han decidido sacar la chequera, entonces, ¿la economía depende de que un puñado de personas decida firmar cheques y hacer transferencias, o más bien del trabajo de las personas y de procurar una justa distribución de la riqueza?
En la economía neoliberal, nos han hecho pensar que inflar los numeritos o tener equilibrio fiscal es lo más importante, que rematar los bienes nacionales para que los empresarios se enriquezcan es lo mejor, que el pobre es pobre porque no le echa ganas, que lo que importa es la creación de muchos empleos es buena aunque tengan sueldos de miseria, y que un Estado mínimo es lo mejor que le puede pasar a un país, sin embargo, se puede cuestionar con evidencia este falso discurso.
Ya lo decía Stiglitz, premio nobel de economía: si un rico entra en un restaurante, el Producto Interno Bruto Per Cápita aumentará significativamente, pero eso no quiere decir que todas las personas de ese restaurante sean más ricas, simplemente que la riqueza promedio se dividió entre pocas personas, y lo mismo pasa con la supuesta inversión, especialmente con capital especulativo no productivo. Es lo que está pasando, por ejemplo, en Argentina con el vende humo de Milei, que presume de déficit 0 o recuperación de la economía argentina, pero lo único que está pasando realmente es que hay cierta bonanza económica porque se han vendido bienes públicos y se ha hecho un gran recorte social para salud, educación y en general para el funcionamiento correcto del Estado, además de que se les permite a los especuladores aprovecharse del tipo de cambio con los movimientos tan bruscos de la moneda, es decir, no hay más empresas, no hay más empleo, no hay más bienestar; de hecho, lo contrario, pero los numeritos macro alegran a las élites a pesar de lo difícil que lo está pasando la población.
Es cierto que la macro dice algo, pero no refleja toda la realidad y a veces esconde una verdad contrastante. Cuando vemos números macro tan grandes y desproporcionados como los de Estados Unidos, la lógica sería pensar que sus empresas son tantas y tan productivas que así generan bienes y servicios, pero más bien ocurre lo contrario: ciudades enteras despobladas y un presidente que amenaza con aranceles a aquellas que no produzcan en su país porque no hay empleos. Evidentemente son una potencia económica, ¿pero realmente tanto como sus supuestos números?
Empresas como Apple o Envidia dicen valer y producir bienes y servicios de forma trillonaria, pero luego viene una tecnología china que lo supera claramente y supuestamente vale mucho menos en el mercado, entonces, ¿cómo se inflaron esos números? ¿Quién decide cuánto vale una economía o una moneda respecto al dólar?, ¿es el trabajo y la productividad o un montón de instrumentos de la economía financiera que, básicamente, es papel sobre el que se toman decisiones para imponer una voluntad al resto? ¿Las bombas y ejército con el que Estados Unidos amedrenta y somete al resto son un valor que se añade a sus productos?
Hay muchas variables que componen la economía real, pero el llamado es a no permitir que un discurso meramente economicista domine el espectro político porque se estaría incurriendo en el error de que los numeritos lo son todo. El objetivo más importante es no permitir que personas vivan en exclusión, en pobreza, en miseria, que la paz sea fruto de la justicia y no imposición de la fuerza, y para pensar así hay que tener presente siempre el mantra obradorista: por el bien de todos, primero los pobres.

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