En medio de un clima creciente de tensión diplomática, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó directamente a su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, de permitir un supuesto “genocidio de blancos” en Sudáfrica, durante una tensa reunión bilateral sostenida esta semana.
Trump exhibió en la mesa de diálogo videos y recortes impresos que, según él, evidencian asesinatos sistemáticos de granjeros blancos y discursos violentos de políticos locales, lo que desató el desconcierto del mandatario africano.
Ramaphosa rechazó de forma categórica las afirmaciones: “Eso no representa la política oficial de nuestro gobierno”, sostuvo, al tiempo que solicitó una revisión detallada del material presentado y propuso la conformación de una investigación independiente que permita verificar los datos.

Desde febrero, el gobierno de Trump ha endurecido su postura contra Sudáfrica. Además de cortar el financiamiento directo, ha lanzado señalamientos por presuntos vínculos del país africano con actores como Hamas e Irán, así como por aplicar políticas “antiblancas”, según sectores conservadores de EE.UU.
Uno de los puntos más controversiales ha sido la aceptación de refugiados afrikáneres (descendientes de colonos europeos), quienes han emigrado a EE.UU. alegando persecución racial, aunque sin pruebas contundentes que respalden una campaña sistemática en su contra.

Autoridades sudafricanas y analistas de seguridad han negado reiteradamente la existencia de un genocidio. De acuerdo con cifras oficiales, entre 2020 y 2024 fueron asesinadas 225 personas en zonas rurales del país, de las cuales 53 eran granjeros blancos, en un contexto generalizado de violencia que afecta a personas de todas las razas.
“Sudáfrica tiene una de las tasas de criminalidad más altas del mundo, pero los crímenes rurales no se limitan a una sola etnia. Plantear lo contrario es irresponsable y distorsiona nuestra realidad”, advirtió un portavoz del gobierno sudafricano.
Debes leer:

Comentarios