Una fiesta clandestina en la colonia Morelos expone el fracaso de la administración de Alessandra Rojo de la Vega en materia de seguridad, más de 800 menores involucrados, exponen una red de complicidad con la administración de la alcaldía Cuauhtémoc, pues como se pudo realizar sin que las autoridades se dieran cuenta.

Gracias al reportes de vecinos que alertaron a Protección Civil y Policía Auxiliar, fue que las autoridades acudieron al lugar; sin embargo, la respuesta llegó tarde. Al llegar, encontraron a jóvenes intoxicados, algunos inconscientes. Este incidente no es un caso aislado, es un reflejo del descontrol que vive la alcaldía Cuauhtémoc.

La alcaldesa afirma que “blindar Cuauhtémoc es prevenir”; no obstante, los hechos demuestran lo contrario, pues un salón con falta de permisos pudo realizar eventos de esta índole con total cobijo de las autoridades locales. La desatención de la alcaldía ha permitido que estas fiestas clandestinas proliferen.

El llamado a madres y padres, aunque necesario, no es suficiente. La responsabilidad recae en la administración que debe garantizar la seguridad de los ciudadanos. La desidia de la alcaldesa es evidente. Las acciones de verificación son insuficientes y llegan demasiado tarde.

Este evento solo refleja que la gestión de Rojo de la Vega ha fallado en brindar un entorno seguro para los jóvenes. La ciudadanía merece respuestas y un compromiso real para erradicar este problema. La protección de los menores no puede ser solo un eslogan, se tiene que actuar.

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