Pese al retorno del proteccionismo y la imposición de nuevos aranceles por parte del presidente Donald Trump, México no solo resistió el embate, sino que marcó un récord histórico en exportaciones hacia Estados Unidos durante el primer trimestre de 2025.
Según datos oficiales de la Oficina del Censo del Departamento de Comercio de EE.UU., México vendió mercancías por 131 mil 299 millones de dólares entre enero y marzo, lo que representa un crecimiento anual del 9.6 por ciento frente al mismo periodo de 2024. Se trata de la cifra más alta jamás registrada para un trimestre desde que existen registros.

Este desempeño se da en un contexto de presión económica y amenazas comerciales del nuevo mandato de Trump, quien en sus dos primeros meses completos como presidente impuso aranceles del 25 por ciento al acero, aluminio y sus derivados desde el 12 de marzo, así como otra tarifa adicional desde el 4 de febrero para todos los productos mexicanos que no cumplan con lo estipulado en el T-MEC.
Lejos de amedrentarse, el comercio mexicano no solo superó esas barreras, sino que afianzó el papel de México como el principal socio comercial de la mayor economía del mundo, por encima de Canadá y muy por delante de China.
Las importaciones mexicanas desde EE.UU. también crecieron, al alcanzar un valor de 84 mil millones de dólares, es decir, 4.8 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Con ello, el comercio bilateral total ascendió a 215 mil 300 millones de dólares, cifra sin precedentes que representa el 14.6 por ciento del intercambio global de EE.UU.

En comparación, Canadá registró un comercio total de 196 mil 300 millones de dólares (13.3 por ciento) y China se mantuvo estancada en 134 mil 500 millones (9.1 por ciento), afectada por los aranceles de Trump, que en algunos productos superan el 100 por ciento.
Paradójicamente, mientras las exportaciones mexicanas crecen, EE.UU. reportó un déficit comercial récord de 140 mil 500 millones de dólares, con un aumento del 14 por ciento en comparación anual. Este desequilibrio se explica en parte por la aceleración de importaciones de vehículos, bienes de capital y productos farmacéuticos, ante la incertidumbre generada por la política arancelaria del nuevo gobierno republicano.
El Gobierno de México ha mantenido una estrategia firme y coordinada, basada en la certidumbre jurídica del T-MEC, la relocalización de cadenas de suministro y el fortalecimiento del comercio regional.
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